Por ACAN/Agencia EFE. El narcotráfico y su salvaje violencia, el control a los medios y la libertad de expresión y la revolución que implican las redes sociales dominan en la escenografía que se ofrece a los periodistas para desplegar su profesión.
En líneas generales así lo plantearon hoy en la capital panameña un grupo de seis informadores del continente convocados a una conferencia sobre «Los desafíos del periodismo en América Latina» por el Fórum de Periodistas por las Libertades de Expresión e Información de Panamá.
El expresidente boliviano y periodista Carlos Mesa llamó la atención sobre el caso de México donde, a su juicio, «la violencia despiadada» del narcotráfico ha convertido el simple hecho de informar en un riesgo en si mismo.
Advirtió que esta situación «debe preocuparnos en toda América Latina», por el riesgo de contagio, como bien lo resumió el director del Espectador de Colombia, Fidel Cano, quien dijo que en la peor época de la violencia en esa nación «los periodistas no nos sentimos solos».
Se refería a la reflexión que hizo poco antes el venezolano Leopoldo Castillo, director del programa «Aló ciudadano», quien reseñó el acoso al periodismo independiente que ejerce el gobierno de Hugo Chávez, que propugna la «hegemonía comunicacional», una situación ante la que hecha de menos «la solidaridad» de América Latina.
En este contexto, el escritor y ex vicepresidente nicaragüense Sergio Ramírez se refirió al «caudillismo del siglo XXI» que ejerce en su país el sandinismo a través del presidente Daniel Ortega, cuyo gobierno, denunció, usa la asignación de publicidad del Estado como un medio de presión.
Además, pese a estar exonerados de impuestos el papel periódico y los insumos «ilegalmente» se le cobra tasas a los dos diarios de oposición de su país, uno de los cuales, El Nuevo Diario, indicó, está en quiebra y cuyo 50% de acciones está por venderse a la primera dama nicaragüense, Rosario Murillo, acotó.
Por otro lado, la chilena Verónica Franco, de la emisora radial opositora Radio Cooperativa, explicó cómo «la democracia y el mercado» acabaron con casi todos los medios que en su momento se opusieron a la dictadura del general Augusto Pinochet.
«No supieron como vivir con las reglas de la democracia» apuntó, aunque en su país ubicó como uno de los riesgos la tendencia a la «concentración» de la propiedad de los medios y la competencia desleal para captar la publicidad de los grandes medios hacia los más modestos.
Mientras tanto, la catedrática Ileana Oroza, de la Universidad de Miami (EE.UU.), advirtió de la «profunda revolución» creada por las redes sociales, fenómeno ante el cual aún están los grandes medios como el New York Times «dando tumbos», lo mismo que la radio y la televisión, pues ya no son las primeras fuentes de información.
«Hay un cambio en la audiencia, la gente ahora se informa por el Ipad o el Iphone, y los medios (tradicionales) aún no saben como sufragar los gastos, hay recortes de personal, de papel, de publicidad, con el riesgo adicional de que (la comunidad) va a estar mal y menos informada», comentó.
El ex presidente Mesa terció para advertir que, aunque la revolución mediática es profunda y reduce la capacidad de comunicarse a 140 caracteres por «twitter», eso no quiere decir que los individuos no puedan construir un mensaje coherente en esa longitud de mensaje.
Cano indicó que en América Latina los gobiernos de izquierda hacen más «evidente» su afán de controlar a los periodistas y la libertad de expresión, pero los «de otro signo» hacen el mismo esfuerzo «pero más velado».
Además, los periodistas latinoamericanos también tienen que reflexionar si están preparados para analizar «el momento que vive Latinoamérica ante la llegada de la gran inversión que supuestamente nos hará rozar el Primer Mundo, para reconocer si esos anuncios de prosperidad se quedan allá en lo alto o se reflejan en la sociedad», sentenció el director de El Espectador.
Mafia&Co. 
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